La
primera impresión de lo que sería el disco vino de mano del adelanto Bored to Death: Baterías potentes, un
bajo constante, guitarras que van desde los tranquilos arpegios cristalinos
hasta los pasajes atronadores, voces que cantan melodías pegadizas. En eso se
resume el disco.
Pulsas
el boton play abre Cynical: La voz
de Mark y el bajo suenan reposados por algunos compases hasta que una estampida punk rock se apodera de tus oídos,
suena la típica batería tupatupá-tupatupá, las guitarras potentes del punk
moderno y las voces del reemplazo de
Tom: Matt Skiba.
Bored to Death: Es la batería de
Travis destrozando el silencio con un ritmo cuadrado y complejo bajo un arpegio
que podría recordar por momentos a las guitarras limpias de Adam’s Song. Tiene unos versos
condenadamente pegadizos y un coro hipnótico. Tengo curiosidad por saber cómo
Tim resolverá los pasajes arpegiados en directo. Los oh oh ooh del final
podrían recordar los experimentos de Tom en AvA. A partir del los 02:41 suena
un crescendo de cuerdas, un build up, y es un guiño directo a All The Small Things.
Cuando
has escuchado todos los discos de blink te das cuenta que en este hay pequeños
homenajes a trabajos pasados. La dinámica de la sección que abre She’s Out Her Mind recuerda a Mutt pero te olvidas de eso en el
instante en que entran las voces. Destaca la forma en que Mark y Matt se
intercambian los versos.
Los Angeles con su introducción
“caótica” de inmediato te transporta a una nueva dimensión: no es nada que haya
escuchado antes en Blink 182 me sorprendí diciendo. Suenan a un rock denso, lleno
de efectos, oscuro por instantes. Travis crea texturas rítmicas con su batería.
Si
hay algo que tiene este disco es que suena enorme, como muestra de eso está Sober. Como si los +44 hubieran colisionado con los Blink de la época del Enema of State.
Built This Pool además de un chiste
es el ringtone perfecto, 16 segundos y nada más que decir hasta que empieza: No Future en los versos es la batería
la que destaca con un juego hermoso de platillos, el coro y la sección a capella de los 02:46 es Blink 182
sonando como Green Day.
Home is Such a Lonely Place: Es
una guitarra tranquila haciendo arpegios bonitos Mark y Matt cantando con
nostalgia y optimismo. Intentarse sacar el Don’t
Wait for Me, Don’t Wait for Me de
la cabeza es una tarea pendiente que seguiré postergando.
Kings
of The Weekend: Es como los
Blink del Neighborhoods. Algunas progresiones de acordes, ganchos y melodías
seguramente de factura Matt Skiba tienen aires a los Greenday del American Idiot.
Una canción feliz.
Y en
esa onda de recordar el American Idiot la
forma en que Barker comienza a meter ritmo en Teenage Satellite es cuando menos un ademán recordatorio de algunas
baterias firmadas por Tree Cool pero
hay que estar súper espabiladísimo para advertirlo y aun mas para que no se
olvide.
Este
disco está lleno de teclados y efectos, pero el protagonismo es siempre de las
guitarras, baterías y voces Left Alone
es un claro ejemplo de eso. Coritos con voces “oh oh oooh” y los condimentos en
su punto.
Rapidez,
pura y dulce rapidez, como la carrera de un conejo eso es Rabbit Hole.
San Diego es
una canción lenta, una atmosfera introspectiva en estrofas y un coro que suena
triunfal, a caminata en una tarde de tiempo perfecto. La sección del puente
recuerda al estribillo de Adam’s Song.
En este
disco hay canciones cortitas: The Only
Thing That Matters es una de ellas, suena como Don’t Leave Me al principio y mucho después también. Un dato: Es
una pieza que da la impresión de durar más del minuto cincuenta y algo que
marca el reproductor.
Cuando
una pieza se llama igual que el disco sabes que es una declaración de
principios, un himno. Eso es California.
Es como la tercera parte de los Anthem 1 y 2. Clara candidata a ser canción de
bises o de cierres de conciertos.
Brohemian Rapsody es
un chiste que cierra un disco muy serio.
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